Este verano pasó a ser de un constante y ya casi lastimoso tirarse panza arriba, a un entrenamiento rayando en lo militar en el área de la limpieza. Con un trabajo de limpieza por la mañana y uno de moza por la tarde ya tengo algunas cosas que contar.
Limpiar en un hostel tiene sus momentos en los que solo te queda putear: a la gente que deja pelos en la ducha, a la hora de limpiar el cepillo para el inodoro… aunque a ese no se lo toca a menos que lo ordene alguien superior; Las manchas en las paredes con vayaunoasaberqué… digamos que los baños son el desafio mas grande. Yo últimamente limpio tanto vidrios, inodoros, que, si la teoría del maestro Miyagui es cierta (la de que el limpio y encero es la base para aprender a pelear) después de este verano salgo karateka.
La vida de hostel tiene sus cosas que enseñar también. Estan los que se quedan a vivir y trabajan por acomodación, como yo. Estan las parejitas de tortolos que viajan juntos, los que llevan años viajando y les ENCANTA, y trabajaron de lo que se te ocurra, los que están de paso, de joda, los que tienen un trabajo y se los ve por ahí con la remera de algún restorant. Todos, nos reunimos en el living para ver una película cuando estamos al pedo. O nos cruzamos en los boliches, que en este pueblo están los tres en la misma cuadra.
Paihia es un pueblo que no debe tener más de mil habitantes, y fuera de lo que es la época de verano, cuando la gente pulula, es un pueblo chico y tranquilo, donde los días son mitad soleados mitad lluviosos, las lunas llenas sobre el mar son alucinantes, los árboles de “bottlebrush” son hermosos, los pajaritos no tienen miedo de acercarse (después me quejo de que la gente me tilda de “buenita”) los bares hacen juegos de preguntas y respuestas, campeonatos de poker, la gente local se conoce hasta los lunares de la nuca y se quejan de ver ir y venir a los turistas.
Algo muy interesante es que está a pocos metros de otro pueblo que es clave para la historia neocelandeza. Waitangi, es el lugar donde se firmó un tratado de paz entre maoríes y blancos. El 6 de febrero es un dia historico para neva zelandia, y ahi estaremos para festejar en el lugar justo.