28 de julio de 2016

Algunas de las cosas que me dan acidez

Me molesta la gente que huye de “lo mundano” y busca “lo espiritual” como si supieran exactamente dónde está la diferencia. Que blanden una espada verbal contra el capitalismo como si no hubiera otras cosas más peligrosas, y, si fuera tan monstruoso, supieran, pudieran, o estarían dispuestos a combatirlo. Como si no formaran parte de él, de sus lados más endulzados y cotidianos, como ese tío que es homofóbico y pedante pero que todos amamos en el fondo, porque nos enseñó a andar en bici, y... es parte de la familia. Que adoptan nuevas creencias solo para tapar las heridas que les dejó despertar de las heredadas. Que nunca se enojan porque no les conviene, y que se mueren por ir al farmacity a sostener un canasto y recorrer los pasillos con maroon5 de fondo y una tarjeta en el bolsillo. Que le huyen a ciertos alimentos como si fueran veneno y dejan bien claras sus razones entre los que los rodean. Que hablan de sus sueños como si fueran revelaciones divinas y como si pudieran descifrar lo que significan los de los demás porque fueron una vez al psicólogo. Que hablan de amor como si consistiera en sonreír y fingir estar feliz a cualquier precio. Que hablan de sanar y de trascender cuando les cuelga toda una historia de dolor en el fondo de sus protestas, en la intención de sus comentarios, en su afán de perfección, en su actitud paternal o maternal. Que se dicen desapegados a lo material, y de hecho se deshacen de sus pertenencias, y después las andan recuperando de las casas de otros, donde las dejaron porque “no importan”. Que reniegan de “la sociedad”, del “sistema”, de los despertadores. Esa gente y los que gastan tiempo en poner “no me gusta” en los videos de youtube, me dan ganas de darles un tinkaso en la oreja fría. Acabo de describir a una hipotética persona con razgos extraidos de varias distintas, un ideal de persona abominable, que incluso tiene rasgos míos. Voy a ver si me sale al revés: Me encantan las personas que prueban nuevas formas de relacionarse, de creer, de estar en el mundo, porque ya vieron a su alrededor que las viejas están haciendo agua, y aunque las nuevas sean ajenas, lejanas y a veces totalmente descabelladas, vale la pena darles una chance, porque no queda otra que ir hacia adelante. Me encanta la gente que cree en los abrazos, en las velas y en los partos naturales, en el i-ching, que nada en un lago de novedades con la convicción de que debe haber algo mejor ahí afuera de lo que estuvimos haciendo hasta ahora con el dinero, con la comida, con la salud, y probó todo: constelaciones familiares, biodanza, marihuana, temazcales, en una incansable búsqueda de sí, de sentido y de otros. La gente que observa sus sueños como una revelación del más allá interior, por más que a veces los interprete para el orto, o como le conviene. La gente que confía en los demás en las reuniones, que se trae a conocer a los que son diferentes, que se deja ver vulnerable y ridícula. Que se anima a tomar decisiones diferentes de las de su tribu de origen, que usa la palabra tribu, que zampa la palabra namaste, chakras y energía donde quepa. Que tiene ideas propias formadas sobre el sexo el amor y la amistad y las vive con alegría, con decoro, porque es su vida personal y a nadie le incumbe. Que se equivoca, se reacomoda y sigue adelante. Que trata de buscar su espiritualidad, a los ponchasos, a tientas, como puede, que se reconcilia con formas viejas de hacer las cosas porque al final no eran tan ofensivas, como la música de la adolescencia, o comer pollo, o tener celular. Que cambia de rumbo porque lo siente. Que trata de no usar tanto la cabeza.

28 de febrero de 2014

Re cuento 2

Me acerqué a él, y le dije "me gustás". Durante diez segundos acomodó su cara a la situación, parecía que no se lo creía, que eso no podía estar sucediendo. Que estaba tratando de extraer de algún lado de su cabeza la fórmula para reaccionar de manera esperada y correcta. A decir verdad yo también lo vivía como un paso hacia una realidad paralela, y tampoco sabía qué haría después, pero algo me decía que esa era la única forma de que mis pensamientos, mis deseos y mis fantasías cobraran vida. Desde un pequeño paso. Le sonreí, para que se diera cuenta de que estaba todo bien, para darme tiempo a mi de respirar. Disfrutamos los dos de ese momento. Disfrutamos de saber que era mutuo, lo saboreamos mirando a los costados, el aire que nos separaba, nuestros movimientos inexactos y desfasados. No queríamos que nada más pasara antes de sacarle todo el éxtasis a ese momento. No sé cuánto rato pasó. Nos separamos del grupo. No queríamos compartir con nadie nuestro momento de complicidad. Raro, espontáneo, algo que te elige y te empuja al abismo. El deseo nos subía como una marea loca al pensar lo que nos esperaba, al esperar lo que pensábamos. Ni bien llegamos a un lugar donde no nos verían otros, se cayó cualquier velo que nos mantenía separados y nos dedicamos a la tarea de saciar. Las manos pasaban frenéticas de las líneas de la cara a los brazos y los dedos, a los muslos. Nos separábamos confirmando que estábamos llegando a lugares que hubieran requerido otras decisiones, otros espacios, pero seguíamos, ciegos, subiendo la montaña de la efervescencia. La totalidad de nuestros cuerpos se estrujaban y nos empecinábamos en apartarlos tratando de frenar la catarata inconsciente y desubicada. No teníamos una casa donde ir, cuatro paredes dentro de las que estar tranquilos, a salvo, seguros, contenidos, acogidos. No teníamos una historia que nos sostuviera tampoco. Nos sentamos, desgarbados, sobre una pirca vieja. Nuestras rodillas apoyadas, tranquilas. Aplastados contra esa realidad. Que bueno que me dijiste lo que te pasa. A mi también me gustás.

25 de septiembre de 2013

Cuento Re

Esa noche fue especial: la música, la gente, su presencia me llenaba de puntos verdes, de vapor. Esa noche nos despedimos y nuestro beso resonó en las paredes de la casa, en mi cara y en mi cama. Al día siguiente nos encontramos sin buscarnos. Bestias sin tiempo. Mujer, mujer turbulenta e irrepetible. Entre sus brazos, laberinto infinito y seguro. Nos llenamos el uno del otro para todo recuerdo. Los días que siguieron antes de su viaje, nos vimos casi todos los días. Cantábamos juntos y eso acentuaba la sensación de estar en un hueco del tiempo. Yo sabía que allá estaba su novia, y una tarde tomando un café me dijo que le pediría matrimonio. Lágrimas y moco… que tonta que soy, que tonta… Esa tarde en su cuarto hubo silencio de fondo, me pareció un pedido de disculpas. La lluvia dejó de caer de un momento a otro. No me enojé, sabía la condiciones desde el principio. Lo quería mucho más que cualquier categoría de pareja, con una simplicidad increíble y hasta desapegada. La noche que nos despedimos lo besé con tierna violencia. Chau, le dije. Fui muy feliz este tiempo.

22 de octubre de 2012

MI caperucita, roja

Erase una vez en un lejano país, vivía una niña, de 20 años, a quien todos llamaban caperucita roja porque tenía una canasta con la que vendía tortas dulces que hacía recordar a un cuento infantil. Vivía con su madre y sus hermanas en una hermosa casita en el bosque. Allí se dedicaban a leer novelas de Jane Eyre, de Louise May Alcott y todas las historia románticas y totalmente ficticias que podría haber en la literatura femenina. Una mañana (o era la tarde-noche... o la madrugada) Caperucita salió con su canasta, no sin antes su madre le dijera: andá recitando alguna poesía caperucita, capáz que te encontrás al príncipe en el bosque y se enamora de tu gran inteligencia. Y caperucita así lo hizo. Ya se estaba desilusionando, cuando justo media cuadra antes de llegar a la casa de su abuela llegó el lobo. Caperucita recitó más fuerte sus poesías y sonrió con toditos sus dientes y bajó la mirada tímidamente y logró lo que quería, que el lobo se acercara. Conversaron juntos de vanalidades hasta llegar a la casa de la abuelita. Te espero afuera, dijo el lobo, después nos vamos atomar algo por ahí. Bueno, dijo caperucita, convencida de que desde ese día su vida cambiaría para siempre con su amor recién encontrado. Abuela! No sabés a quien me encontré en el camino! Al príncipe soñado de todo elmundo y de todas las historias y de todo el universo! ¿Ese peludo que está ahí afuera?? ¿No es hermoso abuelita? ¿No le da una madurez especial esa barba que crece como el pasto después de la lluvia en toda su cara? Pero si tiene unos colmillos enormes!! Son necesarios mi abuelita de mi corazón, para cortar los trocos que serán nuestro nido de amor, y para cazar las presas que alimentarán a anuestros hijitos. Caperuza tonta! pero si es el lobo! mirá esos ojos con solo mirarlos te das cuenta! Pero me dijo cosas tan lindas! Bueno Cape querida, puede que mi vista me esté engañando. Además vos ya sos grande para hacer lo que quieras, y para equivocarte bien feo si querés. Caperucita no escuchó lo que le dijo la abuela porque ya había dejado la canasta y corrido a darle el brazo al príncipe lobo, quien además de tomar su brazo, le tomó el codo, y en la espesura del bosque, o en medio de la ciudad, dejó a caperucita sin habla, ella que simepre había querido ser una estrella de rock.

29 de julio de 2012

Lo que hay que saber

Lo importante: A no dejarse estar, todavía es preciso abrigarse Lo insólito: Ser negativo con respecto al propio positivismo El desafío: Seguir pensando que si se puede mientras parece que no se puede (?) El dato: Las películas árabes Lo nuevo: Ponerse los auriculares pero para evitar escuchar el bullicio exterior Lo que está de diee: volver de bailar y no tener olor a cigarrillo y volver de un asado sin la sensación de no querer comer nunca jamas Algo serio: Eh loco, me encanta estar sola, pero no se lo tomen tan a pecho eh

17 de mayo de 2012

Aprenda a hablar bien

Aprenda a hablar bien es una seccion de "humor con vos" de la voz del interior, ya les estuve copiando "lo que hay que saber para empezar bien la semana". Ahora encontré este en un cuaderno viejo y lo quiería compartir. Lo inventé yo, no se rían... osea... ríanse. Aprenda a hablar bien: Hoy, palabras que terminan en "aco", y son medio dificiles de digerir. Por el profesor Pirulo, el que hace poco se hizo un tatuaje en el pie. No se dice el amiguito de pedro en los chistes de gallegos, se dice el Paco No se dice tiene una amiga que es mas que amiga pero igual no la presenta porque no es bonita, se dice tiene un chichaco No se dice el changuito que peleaba contra los atenienses, se dice el espartaco (posible error histórico ahí, pero zafa) No se dice el ave que me ensució el parabrisas, se dice el pajarraco No se dice me pongo el poncho ese que se abrocha al frente, se dice me pongo el saco Trrrrrrr tshhhh bravooooooo Me voy

14 de febrero de 2012

Lista de regalos

Ultimamente estoy practicando algo que leí en un libro que son las cartas "no enviables" donde se le expresa a alguien (amigos, un ex novio, un escritor famoso) algo, con toda confianza, ya que la carta quedará "for ever" en el cuaderno donde fue escrita. Es terapéutico y, a mi me funciona. Para qué no sé pero me funciona.
Así que se me ocurrió hacer una lista de regalos, como esas que hacen en los casamientos, esta vez dirigida a nadie y a todo el mundo, al universo si se quiere. Se acerca mi cumpleaños, pero, querido universo, no hay fechas, cuando quieras...

QUIERO:
Un micrófono, para jugar a ser cantante, y tal vez dejar de jugar y hacerlo en serio.
Un ukelele. Porque si, porque me gusta su sonido agudo y es pequeñamente portatil.
Un cajón peruano. Pensé que iba a ser mucho pedir dos instrumentos, pero ya fue, es mi lista.
Quisiera un taller donde pudiera entrar, ponerme un delantal, poner música y jugar a que puedo cambiar el mundo pintando.
Cualquier libro de Pilar Sordo. Menos "Viva la diferencia" porque ya lo tengo.
Chocolates.
10.000 pe para enviarme de vuelta a Nueva Zelanda.
CDs: de Superhadas (una banda de Río Ceballos) de De boca en boca (Córdoba) y de Katzenjammer (Noruega)
Un termo, de esos que realmente mantienen el calor.
Un novio, idem.
Clavas! Y la paciencia para aprender a usarlas.
La posibilidad de ver a: Karamelo Santo. Mayumana. Kevin Johansen. Jack Johnson. Fat Freddy´s drop. Katzenjammer. Paul Mcartney. Y un viaje al pasado para ver a los Beatles y a Queen :)
Creo que eso es todo